CHIEF MARKETING OFFICER
Al comienzo de cada año, solemos escuchar a las personas decir: “Este será mi año exitoso”. Pero, ¿qué tal si cambiamos nuestra mentalidad y decimos: “Este será el año de mis fracasos”?
Aceptar que en el nuevo período es probable que tengamos más fallos que aciertos, nos ayudará a reconocer que, a pesar de los obstáculos, debemos levantarnos y seguir esforzándonos por nuestros objetivos.
Al comenzar un nuevo ciclo, generalmente lo hacemos con optimismo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que para lograr los resultados deseados al final del día, debemos recuperarnos de las caídas o pequeños fracasos que encontraremos en el camino. Tal vez ahí radica el secreto para alcanzar todas nuestras metas.
Las caídas son inevitables en la vida. Por eso, es relevante aceptar la realidad, reconocer lo que ha ocurrido y comprender que no podemos cambiar el pasado. Es una situación normal.
También, debes reflexionar sobre lo sucedido: ¿Qué ha causado la caída? ¿Hay algo que puedas hacer para evitar que esto vuelva a suceder en el futuro? Analiza la situación y trata de aprender de ella.
Rodearte de personas positivas que te apoyen y animen a seguir adelante es crucial. Puedes hablar con amigos, familiares o profesionales si necesitas que te escuchen y te brinden apoyo. Mantén siempre una actitud positiva y enfócate en las cosas que puedes controlar.
Piensa en el futuro y en las acciones que puedes tomar para mejorar la situación.. Es esencial que aprendas de tus errores y utilices la experiencia para crecer y mejorar, en lugar de culparte a ti mismo o a los demás.
No olvides hacer algo que te haga sentir bien contigo mismo, como un pasatiempo, ejercicio o una actividad que disfrutes. Esto te ayudará a recuperar tu confianza y sentirte mejor contigo mismo. Ten presente que levantarse después de una caída no es fácil, pero con tiempo, paciencia y constancia, puedes superar cualquier obstáculo que se te presente.
A veces, el exceso de positivismo puede ser dañino para nuestra mente. Nos cuesta aceptar la derrota como parte del proceso, lo que nos estanca en nuestro progreso. ¿Cómo podemos hacer que nuestros errores nos impulsen hacia nuestros objetivos? La respuesta está en la construcción de hábitos.
Aunque sea un proceso doloroso, nos saca de nuestra zona de confort y nos enfrenta a desafíos diarios que debemos superar para desarrollar la fortaleza necesaria y lograr resultados extraordinarios.
Si fallas, no te detengas. Recuerda que al experimentar nuevas conductas es normal cometer errores. Lo importante es levantarte y seguir adelante.
A continuación, te recomiendo una serie de pasos para que, a pesar de las caídas, tengas éxito en la construcción de nuevos hábitos.
Usualmente, el miedo al fracaso nos bloquea incluso antes de experimentar una derrota, en este punto, nos negamos a la posibilidad de ser exitosos solo por el temor que nos da fallar.
No somos seres perfectos, en algún momento debemos saborear las decepciones para aprender de ellas y desarrollar nuestro carácter. Ahora bien, si nos fallamos de camino, debemos recalcular nuestra ruta y seguir adelante con nuestro progreso .
Busca compañía de personas con intereses similares. Puedes unirte a un grupo que se comprometa mutuamente a enfrentar los desafíos propuestos. Así, cuando te desmotives o pienses que no puedes cambiar ciertos patrones de comportamiento, tendrás el apoyo de personas que, al igual que tú, están luchando por mejorar cada día.
En lugar de presumir y demostrar que cumples con todos los elementos de una lista de verificación, utiliza tus errores como oportunidades de aprendizaje. Muestra que, aunque hay obstáculos en el camino, lo importante es levantarse y seguir adelante.
Al hacerlo, te conviertes en un ejemplo para los demás, demostrando que es posible alcanzar objetivos a pesar de las dificultades. Recuerda que no es necesario ser perfecto para lograr un propósito, pero sí perseverante.
Al final del día, reflexiona sobre las experiencias positivas y negativas que tuviste. Identifica qué aspectos puedes mejorar de lo bueno y destaca las lecciones aprendidas de lo malo. Esto te permitirá reconocer todo el progreso que has hecho. Además, tómate un momento para reflexionar y evaluar si las nuevas conductas que estás adoptando en tu vida te están beneficiando o perjudicando.
Nuestro entorno nos exige que pensemos en grande, pero esto puede estancarnos, pues podemos sentir que no somos lo suficientemente buenos para alcanzar esos propósitos.
Al sumergir nuestros pies en aguas de derrota, nos hacemos más sensibles a construir un cambio verdadero, pues el precio no será un gran fracaso, sino una recompensa por objetivos cumplidos.
Crear hábitos puede ser difícil, pero es una excelente manera de lograr cambios positivos en tu vida. Comienza gradualmente para adaptarte sin sentirte abrumado. Empieza con pequeñas acciones diarias y repitelas para convertirlas en hábitos naturales. La repetición es clave para que el nuevo hábito se vuelva parte de tu rutina diaria.
Encuentra una motivación para generar el nuevo hábito. Si tienes un motivo claro y específico, es más probable que te mantengas motivado y comprometido. Coloca recordatorios o notas en lugares estratégicos para recordarte la acción que debes realizar.
Sé paciente y perseverante tanto al comenzar como al mantener el hábito. Lleva un registro de tu progreso para mantenerte motivado y celebra tus logros.
Celebra tus éxitos con pequeñas recompensas para mantenerte motivado y enfocado en tu objetivo. Recuerda que mantener un hábito requiere tiempo, compromiso y esfuerzo, pero con perseverancia y determinación puedes lograr tus metas.
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